¿Quién escribe el destino? ¿Somos marionetas del destino? O, ¿controlamos
nuestras vidas?
Cada día avanzamos en nuestra vida, inocentemente, mientras la trama se va
entrelazando, mientras el destino se va configurando…
Podemos cambiarlo, pero tarde o temprano, el destino viene a buscarnos….
El destino es como un ejército de hormigas laboriosas. Miles de hormiguitas
haciendo su parte del trabajo. Uno cree que controla su vida, pero el destino
lentamente se va configurando. Una serie de circunstancias, decisiones y
casualidades van construyendo el destino. Cabos sueltos, detalles ínfimos,
imprevistos.
El destino es un gran chef que mezcla los ingredientes preparando el plato
que tiene para nosotros. Es una maquinaria precisa y minuciosa que va reuniendo
todas las piezas. Dormimos, amamos, trabajamos o cantamos ajenos a los que el
destino escribió para nosotros…
¿Quien escribe el destino? ¿Nosotros? ¿Alguien? ¿Un dios? ¿Varios? ¿Nadie?
¿Todo es azaroso?. Nos sentimos artífices, alquimistas. Nos creemos dioses
poderosos e invencibles, y solo somos marionetas del destino…
En el lugar menos pensado, de una manera imposible de imaginar, todo se va
armando. Avanzamos inconscientemente mientras la trama se va entrelazando de
forma misteriosa, un mecanismo de relojería asido por el destino. Aunque
corramos en la dirección contraria no se puede escapar, porque no somos
nosotros lo que vamos hacia el destino, sino este el que viene a buscarnos
tarde o temprano…
El destino es como un señor muy viejo y sabio, es un profesional de todas
las profesiones. El destino a veces es realista, urde y entrelaza la trama con
pericia. Como buen guionista pone personajes en el momento y en el lugar
indicado que permite que la acción avance hacia donde él quiere que avance. Así
escribe el destino, dando giros a la historia permanentemente.
El destino es un gran ingeniero. Hace grandes construcciones, joyas de
ingeniería. Con paciencia milenaria construye castillos inmensos. Cuida cada
detalle, encaja las piezas con precisión, pero, el destino construye sus
castillos con cartas de mesa. Una mala movida, una sola carta que se saque y el
castillo colapsa.
El destino es estratega. Mueve las fichas, despliega sus tropas en el campo
de batalla y sabe cómo dar su golpe certero…
El destino es como un superhéroe con poderes ilimitados, puede todo. Puede
con todo. Pero como todo superhéroe tiene una debilidad, y la debilidad del
destino, son las acciones humanas. Eso, es lo único que puede cambiarlo como
una simple piedrita verde puede debilitar a Superman, lo único que puede
cambiar el destino, son las acciones humanas…
Las acciones y
decisiones acertadas podrán cambiar el destino.
A mi estas reflexiones me vuelven loca..porque me pongo a pensar y pienso que hagamos lo que hagamos es porque esta escrito! besos
ResponderEliminar